Lectura voraz: 2 libros con tremendas historias sobre contraseñas y clima

Lectura voraz: 2 libros con tremendas historias sobre contraseñas y clima

16 Junio 2023
Por un lado, "un libro acerca de cómo 'lo que sabemos' se convirtió en 'quienes somos'"; y por otro, un libro que ayuda a comprender la crisis actual y también la situación futura del clima a nivel global.
Daniel Carrillo... >
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Lectura voraz 2 libros con tremendas historias sobre contraseñas y clima

Password. La vida moderna nos ha hecho familiarizarnos con este término, que prácticamente hoy está presente en todas las actividades cotidianas que queramos llevar adelante de forma digital. En torno a esto, abarcando contextos culturales, tecnología, su filosofía y la literatura, e incluso la propia identidad, giran las 128 páginas de Una historia de las contraseñas (Ediciones Godot, 2023), del académico y escritor británico Martin Paul Eve.

Como describe el autor, las contraseñas ya se arrastran desde Roma y Grecia antiguas. Alude, por ejemplo, a la restricción de accesos de los romanos, basada en un elaborado sistema de “santo y seña”. También refiere al mito de Teseo y el laberinto del Minotauro, el cual se asemejaría a una contraseña, ya que está diseñado con una “función identificatoria” y, a la vez, supone un desafío cuya respuesta correcta da luz verde para un recorrido y una salida exitosa. Como define Eve, se parece a un “tipo especial de sistema de control al cual denominamos contraseña”, por lo cual no duda en erigir a Teseo como uno de los primeros geeks, específicamente un hacker o cracker.

Otras referencias que propone Eve son las del cuento de Alí Babá y los cuarenta ladrones, donde aparece la famosísima contraseña “ábrete, sésamo”. O en narrativa contemporánea, la saga de Harry Potter, donde existen contraseñas convencionales para que los alumnos puedan acceder a las salas en cada casa de Hogwarts, y también “autentificación en tres pasos” en lo que se refiere a los hechizos: primero, aptitud para la magia; segundo, la varita, y finalmente, los encantamientos propiamente tales, que en el fondo son igualmente contraseñas.

En resumen, y como lo sintetiza el propio autor en la introducción, este es «un libro acerca de cómo “lo que sabemos” se convirtió en “quienes somos”, o sobre el modo en que las cambiantes tecnologías de las contraseñas han moldeado culturalmente las ideas sobre la identidad».

El pasado del clima para entender lo que viene

Otra propuesta interesante es la que se presenta en Historia climática de la Tierra (Editorial Planeta, 2023), del académico y consultor chileno Sergio González, libro que en sus 284 páginas invita a recorrer los diversos hitos del clima en nuestro planeta.

Partiendo por definiciones básicas en torno a conceptos como tiempo y clima, sistema climático, variabilidad y cambio climático, el autor avanza a través de los siglos, detallando aspectos sobre las primeras glaciaciones y las diversas “eras del hielo” registradas en la historia. La extinción de los dinosaurios, el llamado enfriamiento global del cenozoico y la formación de los hielos antárticos son otras estaciones en este ameno y documentado derrotero, que ayuda a comprender la crisis actual y también la situación futura del clima a nivel global.

Uno de los puntos más llamativos del libro tiene que ver con la influencia del ser humano en los cambios del clima. Si bien es ampliamente conocido que ésta se dio de forma mucho más evidente a partir de la Revolución Industrial, con el incremento de las emisiones y el consiguiente efecto invernadero, González también refiere a la hipótesis de una influencia antropogénica temprana sobre el clima. La evidencia de ello estaría en los efectos del que es recordado como “el peor desastre biológico de la historia de la humanidad”: la pandemia de peste negra, que se habría originado por una variante de la bacteria Yersinia pestis, patógeno de las pulgas de las ratas. Ésta dejó entre 80 y 200 millones de muertos en Europa, Asia y el norte de África, entre 1347 y 1352. La población mundial tardaría unos 200 años en recuperarse y eso se vio graficado en diversos efectos, debido a la reducción de los impactos humanos. Por ejemplo, en algunas zonas de Europa la producción agrícola cayó hasta un 40%. Las áreas que se dejaron de cultivar fueron recolonizadas rápidamente por vegetación silvestre, generando un incremento significativo de la fotosíntesis planetaria. Esto dio pie a una fase fría, que provocó un nuevo impacto de contracción en la agricultura. Así, podría plantearse que los seres humanos vienen alterando el clima desde mucho antes de la quema de combustibles fósiles, responsable de los gases de efecto invernadero.