El obispo de Villarrica, Francisco Javier Stegmeier, declaró en entrevista a El Mercurio que “ante los temas mapuches no existe el Estado de Derecho, entonces no tiene sentido emprender acciones legales y pedir desalojo”. Esta fue la explicación, ante el traslado -en mayo pasado-  de las actividades del Seminario Mayor San Fidel a la casa de ejercicios ubicada en la comuna mencionada.

Stegmeier tal como hizo tras la primera ocupación, determinó no seguir acciones legales ante la toma iniciada hace 11 meses y que ocupan actualmente las comunidades mapuches que ingresaron al lugar.

“Fue bien triste tener que irnos de ahí y fue un día bien intenso. Había mucho que trasladar, era nuestra casa y recuerdo que les tuvimos que pedir permiso a ellos para sacar nuestras cosas”, recordó Erwin Sanhueza, quien cursa segundo año de Teología.

Reivindicación étnica v/s el claustro religioso

Una bandera azul y un letrero tallado, instalado en la entrada, indican que el recinto en que funcionaba el Seminario Mayor San Fidel se encuentra tomado. En la entrada tiene un letrero que dice “Pewn Ruka Lefxaru”, que se traduce como “Casa de Primavera Lautaro”.

La placa fue puesta cuando mapuches del Lof Rofue (conjunto de comunidades) ingresaron por segunda vez al recinto, al cual reclamaban sus 9 hectáreas y otras del fundo Santa Lucía de la familia Pritzke, contiguo al ex seminario.

“Ellos si viven en los edificios, pero están metidos por allá adentro. Hacen fogatas, pero nosotros no conversamos con ellos”, dice un vecino llamado Fernando, quien también es mapuche y vive frente a la edificación.

La Diócesis de Villarrica adquirió las nueve hectáreas en 2002 a Erwin Kunzagk Pritzke. En 2004 se inició la construcción de los tres edificios de unos 400 metros cuadrados cada uno. Con aportes extranjeros, se logró levantar un recinto para albergar a 70 seminaristas, con habitaciones con baño privado.

En agosto de 2012 se produjo el primer ingreso por parte de los mapuches, carabineros desalojó el lugar y cinco personas fueron detenidas. En el juicio oral el grupo fue absuelto y obligado a pagar una multa de 2 UTM (81 mil pesos). La Diócesis de Villarrica no presentó querella y compareció solo como testigo y víctima.

Pero en abril de 2014, el grupo volvió a ocupar el recinto y no se movieron más. Al mes siguiente, el obispo de Villarrica, Francisco Javier Stegmeier, decidió trasladar las actividades lectivas del seminario a la casa de ejercicios de Villarrica.

“Desconcentraba mucho ver pasearse a personas con pasamontañas o que rondaran por las noches. Nos querían intimidar”, dice Fernando Reumay, seminarista.

Esta semana el intendente Francisco Huenchumilla respondió que “el tema está en manos del Ministerio del Interior”, ya que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) no puede comprar bienes edificados.

El ejecutivo prometió comprar el recinto para traspasarlo a los mapuches, pero el tema está entrampado en el Ministerio del Interior.

Fuente: www.elmercurio.com